Al encontrarse Roma debilitada por disputas internas, Sapor I de Persia vio su oportunidad y marchó hacia las provincias orientales de Roma. Sin embargo, en el Estado de Palmira, surgió un líder, Odenato, que consiguió repeler al ejército persa y consolidar el este en el nombre de Roma, aunque el precio a pagar fue autocoronarse rey. Su hijo Vabalato, un niño de diez años, le sucedió en el trono; aunque, en realidad, quien gobernaba de verdad era la reina regente Cenobia, que a su vez concentraba sus ambiciones en el imperio.
Palmira (Imperio dividido)
- Defensores de la civilización: +15% a la moral de todas las unidades al luchar en territorio propio o aliado
- Auténtico romano: las facciones romanas comparten una penalización diplomática importante con otras facciones romanas