Cuando Sapor I llegó al trono de Persia, presintió cierta debilidad en Roma. Por tanto, en el 250 d. C., invadió Mesopotamia y consiguió llegar hasta las provincias romanas de Siria y Armenia. Su mayor victoria fue contra el emperador Valeriano, quien fue capturado con vida. Justo cuando todo parecía perdido, los aliados de Roma en Palmira intervinieron e hicieron retroceder a las tropas sasánidas hasta Ctesifón, aunque acabaron reclamando las provincias orientales que se habían perdido para sí mismos. Tras la muerte de Sapor a causa de una enfermedad, su hijo Ormuz se hizo con las riendas del Imperio; a partir de ese momento, juró continuar la lucha contra Roma y devolver la grandeza a la Casa de Sasán.
Sasánidas (Imperio dividido)
- Autoridad centralizada: -5 al bandidaje (en todas tus provincias)
- Ruta de la seda: +20% a la riqueza proveniente de todos los edificios comerciales